Luis Saravia se miraba al espejo mientras se preguntaba como carajo se había metido en esa situación. Con el pelo corto y negro su cara, llena de arrugas, le hacía parecer bastante mayor de lo que era. Vestía un traje negro alquilado. Se había quitado la americana mientras se limpiaba la sangre de la cara.
Cuando salío de su ensimismamiento, se dió cuenta del ruido que había fuera del baño. Se puso la americana, cogió la pistola y salió del baño. Fuera, su compañera en esta aventura, una brasileña de 1.80, morena, con el pelo largo y bastante mala leche, acababa de golpear y lanzar al suelo al director del banco.
- ¡Se puede saber que te pasa, “Dr. Jekill”!, No puedo vigilar a todos yo sola!-
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Esperamos que os guste tanto como a nosotros, ¡un saludo a todos!
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