No podría asegurar si no podíamos dejar de mirarla por su desacertada indumentaria, su impresionante físico o simplemente porque desconocíamos de quién se trataba.
Ella era una mujer de unos treinta y pocos años. Alta, rubia, escultural. Sus enormes ojos claros y labios carnosos la convertían en una de las mujeres más atractivas que hubiera visto nunca.
Ella era una mujer de unos treinta y pocos años. Alta, rubia, escultural. Sus enormes ojos claros y labios carnosos la convertían en una de las mujeres más atractivas que hubiera visto nunca.
Así comienza El Secreto de un Hombre Muerto, léelo al completo y fácilmente siguiendo nuestro indice
Esperamos que os guste tanto como a nosotros, ¡un saludo a todos!
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