martes, 14 de septiembre de 2010

EVOLUCION. PARTE 1.


Mi nombre es Donald Summers, y los acontecimientos de los últimos días, han cambiado mi vida para siempre. Estaba acostumbrado a vivir solo en mi apartamento. Mi casa estaba llena de comics, libros de rol, películas fantásticas, y como no, revistas y videos porno, enseres básicos si perteneces a mi grupo. Lo importante es que no solía salir de casa para nada, podían pasar días, semanas, meses, y lo más divertido para mi, era sin duda descargar el siguiente capítulo de mi serie favorita, a ración de una por día de la semana, jugar al Deep Space, un maravilloso juego de zombis en una nave espacial, y crear partidas de rol online.

Entre todo esto, y que vivo en un bajo sin ventanas, dentro de un patio interior, es normal que no me enterada de nada, hasta que fue demasiado tarde. Hace ya un mes. Ahora sin embargo me he convertido en un líder, tengo un ejército a mis órdenes, que siguen cualquier mandato sin rechistar, la gente normal, sale huyendo cuando me ven a mí y a los míos por la calle, y todo gracias a una visita inesperada de mi ex novia.

Lucia, así se llamaba ella, y si alguna vez le guarde rencor, ha quedado redimida por completo, aunque claro, el susto inicial fue de cojones. Estaba tan tranquilo matando zombis alienígenas cuando escuche que golpeaban la puerta. No tenía ganas de hablar con nadie, pero desde luego eran insistentes, eso, y que no se habían percatado del timbre que hay a la izquierda. Así que al final no me quedo más remedio que acercarme y abrir. Era Lucia, le acompañaban Teresa, Julia, y María, o más vulgarmente conocidas, como las tres arpías que tenia por amigas.

Me odiaban, yo no podía hacer lo mismo, porque estaban buenísimas, bueno, en ese momento habían perdido gran parte de su atractivo. A Teresa le faltaba un ojo, Julia tenía un brazo menos, María tenía un boquete en el estomago desde el que podía ver el exterior, y Lucia, bueno, le habían arrancado el corazón. Las cuatro se abalanzaron sobre mí, aprovechando que me había quedado de piedra ante tal atrocidad. En cualquier otra situación, esto hubiera sido un autentico sueño, pero cuando el primer mordisco me arranco la yugular de cuajo, hacedme caso, no fue nada divertido. Eso sí, puedo decir con orgullo, que me devoraron cuatro mujeres, y no sé porque, ahora me resulta hasta excitante.

El caso es que ha pasado un mes, y gracias a mis conocimientos sobre la materia, puedo decir que soy un zombi, pero no uno cualquiera, he visto cientos de películas, desde George Romero, a veintiocho días. En todas ellas, ya sea por infección, por arte de magia, o porque pasa y punto, los zombis se comportan de una manera irracional, no tienen la capacidad para desarrollar capacidades básicas de movimiento porque sus músculos están muertos, no pueden hablar, y son solo trozos de carne andante que buscan comida. Hasta mi nacimiento. No se cual es el motivo, ni la razón, pero he conservado todas y cada una de mis habilidades de cuando estaba vivo, ellos se han dado cuenta, y me siguen ciegamente, soy como el cerebro que les dice como tienen que hacer las cosas.

Soy igual que un ser vivo, bueno, quitando que me falta un trozo de carne en el cuello, medio muslo de la pierna izquierda, y llevo lo que queda de mis tripas colgando, pero si quitáramos todo eso, y mi apetito insaciable por la carne humana, nadie notaria la diferencia. Me he convertido en lo que se catalogaría como un Señor de los zombis. Y queridos seres vivos, tened algo claro. Soy un friki con un ejército imparable a sus pies, y a punto de conseguir el mayor de sus deseos. Dominar el mundo, o mejor dicho, comermelo.

Continuara....

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