viernes, 11 de junio de 2010

Un Trabajo Sencillo. Desenlace

[http://loscuatromilcuatrocuentos.blogspot.com/2010/05/un-trabajo-sencillo-tercera-parte.html]


Estaba completamente empapado. La lluvia caía como si del segundo diluvio universal se tratara. Hacía apenas 10 minutos que había abandonado la casa de la señora Wilmarth. Tenía que salir de allí. La visión de Margareth Wilmarth embarazada de 7 meses fue la gota que colmó el vaso. ¿Como era posible?, me preguntaba una y otra vez. El informe del ginécolo estaba bien claro: era IMPOSIBLE que Margareth Wilmarth pudiera tener hijos. Durante esta noche había visto muchas cosas realmente raras, cosas que no debería de extrañar a un detective privado de Arckam, pero esto...

Ya estaba a varias manzanas de la casa de los Wilmarth cuando paré en un callejón. Necesitaba reordenar los acontecimientos y, sobretodo, necesitaba un trago. Me senté en el suelo sucio y mojado del callejón y saqué la petaca. Ensimismado en mis pensamientos, mi mano se deslizó casi sin querer en el bolsillo derecho, allí se encontraba, todavia, el trozo de papel... ese papel sin sentido. Lo saqué y lo volvi a leer, otra vez más, nada. Pero entonces, las gotas de lluvia empezaron a caer sobre el papel y entonces todo lo empecé a ver más claro. Le dí la vuelta a la hoja. Había algo escrito, una especie de carta o.... una especie de... ¿contrato?.

Empecé a leer:

"Por el presente contrato, Margaret Wilmath y la Diosa Cthylla acuerdan que Margaret Wilmath será dotada con la bendición de ser madre. Como pago por este don, Margaret Wilmarth deberá entregar, en el septimo més de embarazo, dos almas, como regalo a la diosa. Firmado. Margareth Wilmath".

Todo empezaba a cobrar sentido, el Sr Wilmarth había sido la primera alma entregada a la Diosa, pero, hacía falta otra...

De pronto, además, del tintineo de la lluvia se empezó a oir otro ruido... otro ruido que ya había escuchado esta noche... ñiiiiieeeeeeeckkkk uuuuuulllllllllllllllll, ñiiiieeeeeeeckkkk uuuullllllllllll... Como buena presa, en la que me acababa de convertir, me levanté y salí del callejón. Bajo la lluvia y sin saber muy bien hacia donde, empecé a correr. No las veía, pero sabía que esas tenebrosas criaturas me seguían, las escuchaba arrastrarse, el viento me hacía llegar su característico sonido... ñiiieeeeeck uullllll, ñiiieeeeckkk uuullllllllll. Tropecé, sentí como una especie de tenctáculo intentaba agarrame de la pierna. Sin pensarlo, me levanté y volví a salir corriendo, entonces volví a caer, cansado, exhausto. Levanté la cabeza, esperando ver una salida, algo que me permitiera huir pero lo único que ví fue una figura que me resultaba familiar. Pese a que la veía a contraluz, su manera de andar, su figura, su coleta rubia y sobre todo su cuchillo resultaban muy familiares. No podía huir, las piernas no me respondían, había gastado todas mis fuerzas en escapar de las criaturas. La chica rubia ya estaba a mi lado.

Como si fuera una pluma, me levantó y me asestó varias cuchilladas. Sentía la fría y afilada chuchilla de la daga penetrar mi carne, sentía mucho dolor pero apenas tenía fuerza para soltar algunos gemidos. Medio muerto, me dejó caer al suelo y noté como se inclinaba sobre mí. Entonces, noté como la chica rubia se levantaba y se alejaba de mi. Giré la cabeza para poder ver de que huía. Antes de perder la conciencia solo pude ver a una figura de mujer, alta, con un paraguas, vestida con un abrigo y tacones, después todo pasó a negro.

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No se cuanto tiempo permanecí inconsciente. Cuando me desperté, me encontraba en mi habitación de hotel. Todo estaba oscuro. Lo único que iluminaba la habitación era una vela, que estaba casi consumida. El cuerpo me dolía horrores, me miré el pecho. Las heridas estaban cicatrizadas. ¿Que había pasado?. Debía haber muerto. A duras penas pude levantarme de la cama, pero tropecé, afortunadamente la pared paró la caida. Apoyado en la pared, me dí cuenta que había algo dibujado. Rapidamente cogí la vela y la acerqué a la pared. Habían dibujado una especies de simbolos raros, como antiguos. Pero lo más extraño de todo es que toda la habitación estaba totalmente recubierta de estos símbolos que no había visto en mi vida.

Entonces vi que en la mesilla de noche, habia un periódico, el "Arckam Today". Estaba abieto por la página de sucesos y habían señalado una noticia:

"Estrella del cine se suicida. Margareth Wilmarth, famosa estrella del cine, es encontrada muerta en su casa. Las primeras hipótesis se decantan por el suicidio. Fuentes cercanas a la familia informa que la actriz perdió recientemente el hijo que esperaba..."

-"Ya tiene sus dos almas"-, pensé.

Debajo del periodico vi que habían dejado una tarjeta de visita. Le di la vuelta. Michelle Van Cris. Investigadora de lo paranormal. Era la primera vez que escuchaba ese nombre, pero en ese momento supe que no sería la última.

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