viernes, 10 de febrero de 2012

Los Saqueadores de Sueños - Conclusión

Creíamos controlar, o al menos tener localizado, a todos los potenciales soñadores del mundo. Y de pronto aparece un tal Phill a darnos lecciones en nuestra propia casa. Phill, un personaje secundario, una simple línea en el historial de Cameron Wells, un don nadie que se convierte como por arte de magia en nuestro mayor enemigo, en el nuevo protagonista de la historia del mundo de los sueños.

Hace un año Cameron Wells comenzó a soñar con La Granja, durante todo este tiempo le hemos estado vigilando sin que lo supiera, jugando al gato y al ratón con él. Hace apenas tres horas íbamos a infiltrarnos y tratar de hacernos con él, de usar su potencial en nuestra organización. Un trabajo fácil, rutinario, tan cómodo... la incursión soñada por todos nuestros activos. Ahora, somos nosotros los que soñamos por sobrevivir a lo que ya conocemos cómo La Tragedia.

Cuando Cameron volvió de su paseo, más allá de la Granja, con Phill, nuestros hombres le esperaban dentro de la cabaña. Allí estaban, con su habitual exceso de confianza, con sus formas chulescas hasta casi rozar lo desagradable. Pero el halo de superioridad que suele ir con los nuestros se desvaneció cuando un afectado Cameron comenzó a explicar lo que había visto en la Ciudad Esmeralda, los planes de Phill.

Nuestros infiltrados volvieron a toda prisa para informar de la situación... fue cuando las alarmas se dispararon en la Compañía. Pasábamos de ser cazadores a cazados. De allanar sueños a intentar escondernos como hacen las alimañas en los más oscuros recovecos del subconsciente de alguien… No sé que es peor de todo, que nadie en toda la organización se percatara en este tiempo de la existencia de Phill y su ejército o qué pese a todos nuestros efectivos y entrenamiento no hayamos podido reaccionar ni hacer nada para pararle.

Hace apenas una hora, ese brutal ejército salido de la nada, ha atacado y masacrado de manera coordinada a nuestros soñadores activos. Casi todos han caído. No van a despertar. Ahora no son más que vegetales flotando en nuestras vainas del sueño.

Es pronto para saber de dónde ha sacado Phill semejante ejercito. De hecho es pronto para saber de dónde ha salido el maldito Phill. Pero por lo poco que hemos podido averiguar, todo apunta a que se trata de sonámbulos, de insomnes… Nunca se nos ocurrió pensar en el papel de ellos en los sueños, siempre nos centramos en los soñadores, pero no estudiamos a que los que no pueden disfrutar de él. Y parece que, de alguna manera, ellos también tienen su hueco en este mundo. Ha resultado que las proyecciones de estos insomnes son figuras que actúan sin voluntad propia dentro de el mundo onírico, que actúan sin imaginación, sin intereses propios... un ejército perfecto.

No sabemos y quizás nunca lleguemos a saber quién es Phill, pero desde luego no es nuevo en este mundo y mi intuición dice que no es este su primer encuentro con la Compañía. Es un maestro, un estudioso, un conquistador. Es todo lo que siempre hemos querido y creído ser, es nuestro propio espíritu que viene a atormentarnos.

Y ahora, en este momento tan crítico se nos plantea el gran dilema, se me plantea el gran dilema como responsable de la Compañía. El mayor dilema en todos estos años. El mayor dilema de mi vida. Sabemos prácticamente todo lo que se puede saber de Cameron Wells. Conocemos sus aficiones, gustos y ambiciones. Sabemos qué ama y qué detesta de sí mismo. Sabemos dónde estudió, que chicas ha conocido y en qué circunstancias, cuál es su amor secreto, sus ilusiones, sus decepciones... pero no sabemos qué le ha contado Phill en la Ciudad Esmeralda.

Cameron Wells, ese ambicioso chico que cuando está despierto es capaz de provocar hambrunas en el tercer mundo con tal de que el precio del grano se dispare y las acciones de su compañía suban un centavo, dice que Phill es un loco, un insaciable acaparador de sueños... Dice que le da miedo el plan de Phill. Dice que quiere unirse a nosotros. Dice que desde La Granja podemos plantar cara a Phill... a ese hombre que hace sólo un año le llevara más allá de sus límites sabiendo que su cerebro reaccionaría buscando refugio en el mundo de los sueños...

Tengo que decidir.

Es mi responsabilidad, es mi obligación.

Los pocos activos que quedan van camino de La Granja. En cuanto acabe el backup de toda la información de la Compañía y acabe éste último informe a modo de resumen de los úlitmos hechos iré con ellos. Espero acertar al creer que es nuestra única esperanza.

Es la hora de ir a la Granja, de usar el refugio de Cameron como último bastión. Es hora de soñar.

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