viernes, 11 de enero de 2013

Calvo como una sandía - Indice

Calvo como una sandía, de cabeza redonda y reluciente, lisa y suave, sin imperfección alguna. A trasluz podían entrevérsele las ideas, todas, las bondadosas y las perversas. Dormía con un gorro que le tapaba hasta las orejas por miedo a que se le escapasen los sueños. De día lucía su inmensa llanura capital sin atuendos ni adornos, apenas mecida por unos hombros erguidos y un andar perfectamente acompasado, con sus pausas estudiadas y medidas al milímetro. Cada mañana sacaba brillo a su gran calvicie con una gamuza nueva tocada por unas gotas de aceite de almendras y vinagre de manzana. Este ritual invariable le confería un olor característico, aroma de dulce orgullo, de bien pagada satisfacción, fragancia no poco habitual, pero inmensamente distinta en cada individuo. Calvo nació, y calvo permaneció, por lo que nunca usó peines o champús, y cuando se lavaba la cara, el enjuague terminaba más allá de la nuca.

Así comienza "Calvo como una sandía". Puedes leerlo siguiendo nuestro índice:

Primera Parte - http://loscuatromilcuatrocuentos.blogspot.com.es/2012/11/calvo-como-una-sandia-primera-parte.html

 Esperamos que os guste tanto como a nosotros, ¡un saludo a todos!

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