martes, 4 de enero de 2011

La Magia de la Pintura. Desenlace

Y por supuesto que quería salvarla. El Conde de Peña Alta se había sentido atraído ante el rostro de aquella mujer. Durante los días antes de la llega de Van Dean, había pasado las noches en vela esperando que el pintor la trajera consigo. Y su decepción fue monumental primero al ver que venia solo, y luego al enterarse de que estaba muerta.

Por ello la información de Van Dean le lleno de animo. Tenían todo lo necesario, Van Dean pondría su talento, y el Conde el diario donde se dibujaba el taller donde fue asesinada Lucilda Genovese, así que se pusieron manos a la obra, durante días, apenas comieron, solo lo justo que dictamina el cuerpo humano como necesario para sobrevivir.

Pero el conde tenia una pregunta rondando por su mente, ¿Porque
Van Dean quería viajar y salvar a Lucilda? , ¿Estaría tan enamorado de su rostro como el? desde luego, el conde tenia una cosa clara, nadie hace nada por nada.

Llego el día en que el cuadro estaba terminado, ambos miraban con satisfacción, el conde había ayudado consiguiendo todos los materiales que requería el pintor. También era un buen observador, y se fijaba en que el cuadro cumpliera hasta el mas mínimo detalle, para que no hubiera error posible. Al fin estaba terminado. Pero antes de cruzar el portal, tenían que saber una cosa mas. Si querían salvarla, necesitaban saber todo lo que había acontecido los días anteriores a su asesinato, cual eran las dudas de ella, que sospechaba, porque querrían matarla, y tal vez esas respuestas se encontraran en el diario, así que tanto el conde como Van Dean, se dedicaron a investigarlo a fondo:

"Los acontecimientos de los últimos días me perturban, no puedo dormir tranquila"

" Mi alma ira al infierno, me he condenado para siempre"

" Se que quiere matarme, pero no hasta que consiga que funcione"

Y la ultima entrada del diario. Del día 31 de Diciembre.

" Hay algo aun mas inexorable que el tiempo y el espacio, El Destino"

Van Dean y el conde llegaron a la conclusión de que podían sacar pocas pistas del diario, como si esperaran que escribiera el
nombre de su asesino, por si algún día alguien siglos mas adelante lo leyera y pudiera salvarla, absurdo.

El conde de Peña Alta llamo a sus sirvientes, y le pidió que trajeran todos los manjares que tuvieran disponibles en la mansión, y el
mejor vino. Había que celebrar el mas que posible triunfo. Van Dean estaba entusiasmado mirando el dibujo del diario, y el que había realizado,
era perfecto.

No se había atrevido a pintar a la mujer, pues solo tenia su rostro, y cualquier fallo podría distorsionar la realidad, y hacer sus esfuerzos
infructuosos. Así que decidió pintar solo el taller, y esperar a que llegara la mujer, y evitar su muerte antes de que ocurriera.

En cuanto al día de su muerte, tendrían que probar fortuna con el ultimo día del diario, y rezar porque mantuviera la costumbre de escribir todos los días, tal y como se podía observar en el mismo.

Van Dean estaba absorto en sus pensamientos cuando el Conde lo abordo.

- La mesa esta preparada, disfrutemos de una buena cena, al fin y al cabo, no sabemos cuando tendremos otra igual.

Van Dean y el conde cenaron, bebieron, y brindaron, todo lo que no habían hecho durante los días que tardo Van Dick en pintar el cuadro, y el conde dispensarle todo
lo necesario, y observar continuamente al pintor. Así que dieron buena cuenta de la Langosta, el pollo asado, y el vino añejo de la mejor cosecha. Para el conde era
una comida mas, pero para Van Dick era todo un lujo que estaba aprovechando hasta el final.

El Conde de Peña Alta sabia que el vino era muy bueno, pero también conocía perfecta mente la fuerza embriagadora que poseía, el había probado ya muchas botellas, pero cualquier novato, podía confundir su suavidad, y beber sin darse cuenta de que pronto se encontraría irremediablemente borracho. Así sucedió, y el Conde aprovecho el momento para preguntarle a Van Dick el motivo de su cruzada por salvar a esa mujer.

Van Dean se sorprendió a si mismo respondiendo. Van Dean contó, que generaciones atrás Lucilda Genovesse perteneció a la familia de Ulshof, su maestro, era el caso tipico de perdida de apellido familiar al casarse. Frederick Van Acken le contó que fue una mujer sin igual, la mayor inventora de todos los tiempos, y si consiguieran salvarla y traerla al tiempo actual, podria convertirse en una poderosa aliada para los pintores del nuevo siglo. Asi que Van Acken le encargo una importante y fundamental misión para los planes de su peculiar secta privada. Salvar a Lucilda Genovesse.

Siempre habían buscado la manera de impedir su asesinato, su familia durante generaciones había buscado una sola imagen del taller, algo lo suficientemente exacto, para poder viajar y salvarla, pero nunca habían encontrado nada. Entonces Van Acken habia descubierto la compra realizada por el Conde de Peña Alta, y decidio mandarle a él a comprobarlo.

El conde se mostró sorprendido por las palabras de Van Dean, no estaba enamorado, solo era un sirviente mas, un lacayo de una secta privada y muy selecta, con mucho poder. Pero en el caso de Van Dean, no era mas que un esclavo, en un juego de señores.

- Se podría decir que durante este tiempo he sido tu alumno señor Van Dean.-

Van Dean sonrió - Así es amigo mio, y ahora alumno y maestro salvaran a Lucilda Genovesse.-

El Conde de Peña Alta sonrió también a Van Dean, esa afirmación era lo que necesitaba, que Van Dean le considerara su alumno era lo que hacia que tuviera sentido lo que estaba apunto de hacer.

Bang...un disparo...una antigua pistola de duelo humeante...el cuerpo de Van Dean boca arriba, moribundo. La sonrisa del Conde de Peña Alta que miraba el cuadro con expresión de triunfo,

Ahora amor mio, te enseñare todo lo que he aprendido en estos dias, y moldearemos el mundo a nuestra imagen y semejanza.

Frederick Van Acken se entero poco despues de la muerte de Van Dean. En su rostro se dibujo una malefica sonrisa, potenciada aun mas por su cara desfigurada, y sus dientes practicamente negros. Su plan no habia hecho mas que comenzar...

Por otro lado, lo ultimo que Vio Van Dean fue al Conde atravesar el cuadro, la fecha solo tenia inscrito el año, así que el conde aparecería en cualquier momento durante ese periodo de tiempo. Entonces Van Dean abrió los ojos de par en par, entonces se dio cuenta de lo que acababa de hacer.

Se había prometido salvar la vida de Lucilda Genovesse, y sin embargo, en su interior sabia, que no solo había fracasado, sino que seria causante directo de su muerte.

Entonces repitió las palabras de Lucilda Genovesse antes de morir.

- " Hay algo aun mas inexorable que el tiempo y el espacio, El Destino" .

1 comentario:

  1. Finalización del relato de La Magia de la Pintura, escrita por Rau pero subida por mí :P

    ResponderEliminar